Indicaciones
El plan de alimentación con un aumento en la recomendación de energía se utiliza para lograr un balance energético positivo, de modo que el sujeto aumente de peso o mantenga el peso en condiciones hipermetabólicas (sepsis, quemaduras, etc.)
Este plan se utiliza en pacientes que tienen un déficit de peso corporal de 20% o más, que no tengan problemas de anorexia nerviosa o de bulimia, a menos que estén bajo tratamiento interdisciplinario.
Es importante analizar el apetito y la capacidad del sujeto para comer las cantidades de alimentos que se requieren, o buscar una vía de alimentación (oral, enteral, parenteral o mixta) adecuada para lograr que el paciente consuma lo que necesita. Si la alimentación hiperenergética es por vía oral, se sugiere dividirla en seis o siete tiempos de comida.
Distribución energética
Se recomienda que el plan tenga una distribución normal de sustratos energéticos ( a menos que el paciente requiera modificaciones por su estado patológico) y que sea adecuado en vitaminas y nutrimentos inorgánicos. Para el cálculo de la energía es necesario considerar el peso real del sujeto y la tolerancia a la carga energética.
Conviene buscar alimentos de alta densidad energética (helados, sopas cremas enriquecidas, malteadas, etc.) y servir los alimentos sólidos al principio de las comidas y los líquidos al final, ya que éstos propician la sensación de plenitud.
El plan de alimentación hiperenergético se debe combinar con fisioterapia o ejercicio adecuado para lograr un incremento en la masa muscular y no en la masa grasa. Las dietas modificadas en energía deben ser lo más flexibles y creativas que sea posible, para lograr la incorporación de hábitos alimentarios adecuados.
Bibliografía
Pérez Lizaur Ana Bertha, Marván Laborde Leticia, “Manual de dietas normales y terapéuticas, los alimentos en la salud y la enfermedad” PP. 194:195. 5ta Edición 2007.
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