martes, 21 de junio de 2011

Gastritis y su tratamiento dietetico

GASTRITIS

La gastritis es una inflamación de la mucosa gástrica. Puede ser de tipo agudo, con aparición rápida y resolución en pocos días, o de tipo crónico, en cuyo caso puede persistir durante años. Entre las causas de la gastritis aguda conviene destacar la ingestión de ciertos fármacos (por ejemplo antirreumáticos) y las transgresiones dietéticas. Cursa con dolor epigástrico, náuseas y en ocasiones vómitos, que pueden ser hemáticos. Las medidas de dietéticas son las mismas que el caso de ulcus gástrico, aunque evitando la leche durante los primeros días, ya que, aumentaría la tendencia al vomito.

La gastritis crónica es de diagnóstico más difícil. Debe distinguirse cuando cursa con abundante secreción ácida de las formas que lo hacen con hipoclorhidria. En ambas debe prescribirse una dieta antiulcerosa, así como, limitar las grasas (leche entera incluida) en la variedad poco secretora de Cl

La gastritis y las úlceras pépticas pueden aparecer como consecuencia de la alteración de la integridad de la mucosa gástrica por una infección, un compuesto químico o una causa neurológica.

La infección por Helicobacter pylori se considera la causa más frecuente de gastritis y úlcera péptica en la actualidad. La mayoría de los casos de inflamación crónica de la mucosa gástrica, úlceras pépticas, gastritis atrófica (inflamación crónica con deterioro de la membrana mucosa y las glándulas, que provoca aclorhidria y desaparición del factor intrínseco) y cáncer gástrico se atribuyen a la infección por H. pylori.

La infección no remite de manera espontánea y el riesgo de complicaciones se incrementa conforme aumenta la duración de la infección.

Generalmente, la infección queda confinada en la mucosa gástrica.

Estos microorganismos representan una cierta resistencia al medio acido del estómago, si bien la colonización del espacio situado por debajo de la capa mucosa protectora y la síntesis de grandes cantidades de ureasa les confieren una protección adicional. La ureasa produce amonio con el objetivo de facilitar la alcalinización del entorno de los microorganismos. Actualmente la prueba de la ureasa constituye una de las herramientas diagnosticas empleadas para detectar la infección por H. pilory

La infección por H. pylori configura un estado inflamatorio crónico. El tratamiento de la infección por H. pylori alivia la gastritis, mejora en cierta medida la función gástrica y, al menos, reduce las complicaciones que favorecen la carcinogénia.

Por lo general el tratamiento engloba la administración de dos o tres antibióticos y antiácidos.

Otras formas de gastritis

La utilización prolongada de ácido acetilsalicílico u otros AINE, esteroides, alcohol, sustancias erosivas, tabaco o cualquier combinación de estos compuestos puede afectar a la integridad de la mucosa e incrementar el riesgo de desarrollar gastritis aguda o crónica.

La gastritis de origen autoinmunitario puede estar implicada en algunos casos de gastritis. La alimentación inadecuada y el estado de salud malo pueden intervenir tanto en el inicio como en la gravedad de la sintomatología, y pueden retrasar el proceso de curación.

Los afectados pueden presentar unas concentraciones séricas bajas de vitamina b12 y hierro o calcio en ausencia de una producción normal de ácido.

En el caso del hierro, el uso de potentes antiácidos puede influir también en la anemia

TERAPIA

ES PRECISO EVALUAR LAS CONCENTRACIONES DE VITAMINA B12 en individuos con gastritis atrófica, ya que la carencia del factor intrínseco y de ácido origina hipoabsorción de esta vitamina.

En pacientes aquejados de gastritis crónica se observa hipoabsorcion de hierro, calcio y otros nutrientes debido a la acción sobre su biodisponibilidad que ejerce el ácido gástrico. En el caso del hierro, el uso de potentes antiácidos puede influir también en la anemia.

Normas generales

Debe comer despacio, masticando bien las comidas, que no deben der ser demasiado abundantes, en número de 5 ó 6 por día y ocasionalmente, alguna nocturna. Es importante mejorar las condiciones psicológicas del entorno, para intentar disminuir el estrés.

Alimentos desaconsejados

Extractos y caldos de carne (provocan la secreción del Cl H y no la neutralizan)

Salsas ácidas (p/e de tomate)

Frutas y zumos ácidos.

Por ser irritantes físicos o de contacto:

Carnes fibrosas

Cereales de grano entero

Frutas curdas

Verduras y hortalizas crudas

Alimentos o platos salados

Embutidos. Pescado graso. Marisco, Café, incluso descafeinado, té, alcohol.

Otros: azúcar, en cantidad, chocolate, especias, condimentos, fritos.

ALIMENTOS PERMITIDOS

Lácteos: Leche descremada, yogur, quesos frescos, o semisecos no salados, nata y crema de leche. Flan con leche, huevos, y poco azúcar.

Cereales: papas, pan blanco

Carnes: De pollo, ternera, cordero, cerdo, caballo, buey, conejo. Serán tiernas , eliminando las partes fibrosas y la grasa visible. Pueden ser preparados a la plancha o hervidos, evitando que se tuesten a modo visible

Pescados: Magros (blancos) preparación: hervido a la plancha

Huevos: pasados por agua en tortilla

Frutas: Cocidas (hervidas, al horno) tipo manzana o pera, dulce de membrillo

Verduras: En forma de puré o masticarlas cuidadosamente acelgas espinacas, judías verdes; puede incluirse zanahoria hervida.

Aceites: de olvida o semillas. Crudos o hervidos en los caldos o arroz.

Bebidas. Agua

Dulces: galletas tipo maría, bizcocho

Bibliografía

Dietoterapia de Krausse páginas 660 a 662

“Alimentación y Dietoterapia” de P. Cervera 4ta Edición Interamericana PP 356:358

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